lunes, 4 de octubre de 2010

Buen chiste

Un hombre joven estaba haciendo la compra en el supermercado, cuando notó que una viejecita le seguía por todos los sitios. Si él paraba, ella paraba, además de quedársele mirando.
Por fin, camino de la Caja, ella se atrevió a hablarle y volviéndose le dijo: "Espero no haberle incomodado; es sólo que usted se parece mucho a mi hijo que falleció recientemente"
El joven con un nudo en la garganta, le dijo que estaba bien, que no había problema. Se que lo que le voy a pedir es algo poco común, pero si usted me dijera "Adiós mamá" cuando me vaya del supermercado, me haría tan feliz!
El joven sabiendo que era un gesto que llenaría el corazón y el espíritu de la viejecita, accedió.
Entonces, mientras la viejecita pasaba por la caja registradora se volvió y sonriendo, con la mano le dijo: ¡Adiós, hijo!
Y él lleno de amor y ternura le respondió efusivamente: ¡Adiós, mamá!
El hombre, satisfecho por haberle dado un poco de alegría a la vieja, fue a pagar su compra: "son 423 €" le dijo la cajera.
El hombre sorprendido le dijo que solamente llevaba pan y café, a lo que le
contestó la cajera: "Pero me dijo su madre que Ud. le pagaría lo que llevaba ella".

MORALEJA: ¡ No te fíes ni de las viejecitas !

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